Martin Eden: La historia de un escritor que pierde el sentido de su arte. Disponible en Mubi
Martin Eden es una película dirigida por Pietro Marcello , que participo en el 76 Festival de Cine de Venecia , protagonizada por Luca Marinelli , Carlo Cecchi y Jessica Cressy, basada libremente en la novela de 1909 del mismo nombre escrita por Jack London .
Martin Eden es un marinero rudo y analfabeto, vive en Nápoles y trata de sobrevivir haciendo los trabajos más humildes. Después de salvar a Arturo, un joven vástago burgués, de una paliza en la calle, es invitado por él a su casa. Aquí conoce a Elena, la hermana de Arturo, de quien se enamora. Elena es una chica rica y culta: los dos tienen orígenes sociales muy diferentes. Martín, para ser digno de estar cerca de ella, decide superar sus orígenes comenzando a leer y escribir, tratando por todos los medios de obtener la educación que su clase nunca le ha permitido recibir. Escribe largas cartas que envía a Elena como prueba de sus conocimientos cada vez más densos y variados.
Martín, ante todos los obstáculos derivados de su origen, desea convertirse en escritor y casarse con Elena, yendo en contra tanto de las editoriales, que le niegan cualquier publicación, como de la familia de Elena, totalmente en contra de Martín y sus humildes condiciones. Influenciado por un viejo intelectual, Russ Brissenden, Martín se acerca a los círculos socialistas, que le ayudan a entender todo tipo de cuestiones político-sociales y favorecen un cambio interior considerable en él, que le llevará inexorablemente a entrar en pleno conflicto con Elena y su elitista mundo.
Martin Eden es una novela excepcional, de época, el libro de mayor alcance del autor estadounidense Jack London. La historia es, en cierto sentido, reelaborada y entregada a las manos expertas de Pietro Marcello quien, con su precisión y su inmenso respeto por la obra original, dirige una película seductora y armoniosa, como su protagonista, Martin Eden.
La California original se convierte en el golfo de Nápoles y Martin Eden es un hombre sencillo que sin embargo tiene la fuerza de la autodeterminación, que reclama su libertad para existir tanto como un rudo marinero como un ardiente escritor del fracaso. Martín, en la película de Pietro Marcello, vive la ausencia, que se convierte en el marcador de todas sus adversidades: ausencia de dinero, ausencia de amor, ausencia de éxito. Después de muchas luchas y años de miseria, conquista el espacio burgués dentro de esos círculos de élite y se horroriza ante la total mediocridad de la burguesía. Intenta por todos los medios conquistar a Elena, pero incluso el amor traiciona miserablemente todos los ideales.
A su carrera le cuesta arrancar, estalla tarde, casi desapercibida. Cuando llega, el éxito no es deslumbrante porque no lo experimentas como un verdadero éxito. De repente sus escritos, de ser rechazados con gran acritud, pasan a ser muy buscados, con una demanda más allá de lo inimaginable. Lo que le sorprende es que sus palabras hayan sido siempre idénticas, inalterables: son los tiempos los que cambian de aspecto y cambian de mirada.
Marcello nos muestra la obstinación de Martin Eden, un verdadero individualista, del tipo nietzscheano, que actúa como si el mundo exterior no le importara: vive sólo para sí mismo. Aunque se adhiere a la realidad en sus escritos, es astuto, pero no le falta furor: pone su carne en lo que escribe. Ama a Herbert Spencer, carnalmente, intensamente, devora las páginas de sus escritos. Al socialismo, la llave de su mundo, prefiere el individualismo, que es el ataúd de su mente, lo que lo vuelve furioso, animoso pero increíblemente solitario. Martín Edén, con ropas raídas y alma de fuego, es incapaz de romper su exilio, no es el hombre bueno del destino adverso que intenta redimirse: es un hombre que mira un mundo dividido en dos por un desorden incomprensible.
Martin Eden cuenta una historia eterna, atemporal, la autopsia de un viaje onírico, de un escritor que pierde el sentido de su arte. Luca Marinelli ha interceptado a la perfección el carácter turbio de Martin Eden, su fragilidad, su individualismo sin límites, el renovado amor por la lectura y la escritura. Marinelli siempre tiene cerca al personaje de Martín Edén, no se eleva sobre él ni lo rebaja, lo mantiene cerca de sí mismo, atrapando sus encantos, hundiéndose en sus tormentas. No hay opacidad en su interpretación, no hay falla: cada pequeño detalle se presenta sin compromiso, desde el lenguaje napolitano perfectamente introyectado hasta la identidad del Edén, que intenta reconquistarse a sí mismo después de estar perdido. A veces parece que voluntariamente deja entrever algo que no está en Martin Eden, porque la historia de Eden es colectiva, no una sola.
Marcello fusiona tomas de archivo, videos de archivo y, a menudo, los alterna durante el rodaje, rompe la historia con pequeñas interrupciones que, sin embargo, no se dividen ni disonan del resto de la película, sino que enriquecen su significado, dando aún más abismo al personaje de Martin. Edén. Como la novela, la película de Pietro Marcello también tiene un aliento único, sin aliento, intenso, es una historia que concierne a todos, que nos habla a cada uno de nosotros porque cuenta lo que significa alcanzar una meta y sentirse traicionado por tus sueños.
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