
Leonardo Favio quedo «pegado» al cine después de su primer cortometraje: El Amigo (1960) conoce su discurso de lanzamiento.
En su primer cortometraje, «El amigo», Leonardo Favio introdujo elementos que se convertirían en parte intrínseca de toda su filmografía. Desde encuentros multitudinarios con personajes curiosos como circos, kermeses y fiestas populares, hasta la representación tierna de la niñez y la inclusión de cientos de actores de conjunto, a quienes el director suele referirse como «extras».
En esta película de 10 minutos y 40 segundos, vendedores de globos dan la bienvenida a un parque de diversiones, mientras un locutor anuncia a «Carozo, el maravilloso faquir de Avellaneda» y al profesor Mandrake, «que no es un cuentero, sino un grafólogo que no hace trucos ni magia». «¡Pasen, señores, pasen, pasen!», dice el locutor. En la entrada del parque se encuentra el protagonista, un niño lustrabotas que se queda dormido y, en su sueño, entabla amistad con un impecable chico de zapatos blancos que acaba de llegar. Juntos, observan al hombre forzudo, recorren una exhibición de rock and roll y planean visitar el zoológico, un circo o dar un paseo en bote. «Qué lindo», imaginan.
Con pocos recursos y latas de película contadas meticulosamente, Favio se aventuró a filmar una historia pequeña, pero con gran envergadura, basada en un cuento propio. La filmación tuvo lugar en el antiguo Parque Japonés de la ciudad de Buenos Aires, un lugar que Favio conocía a la perfección, ya que había pasado gran parte de su juventud en Buenos Aires realizando diversos trabajos para artistas o recaudando dinero «para viajar», con el uniforme que había conservado de su breve paso por la Marina. Favio pudo llevar a cabo el rodaje gracias a sus amigos del parque y a técnicos que trabajaban en un noticiero cinematográfico llamado Panamericano.
Lo que diferenciaba a este cortometraje era su enfoque no panfletario, Es un hermoso trabajo. En aquellos tiempos, era muy difícil encontrar una obra similar que evitara el tono directo que el tema podía sugerir, ya que se trataba de un chico pobre y otro rico. Normalmente, historias de este tipo se enmarcaban en la crítica social, algo que Leonardo evitó. En la película, su ideología estaba presente pero se transmitía de manera poética».
Antes de «El amigo», Favio había intentado filmar «El señor Fernández», un mediometraje. Se grabaron algunas escenas en el subterráneo de Buenos Aires, pero no pudo completarlo debido a la falta de financiamiento.
«El amigo» se presentó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y Favio quedó encantado con el resultado. «Creía que Fellini era un salame comparado conmigo», conto el cineasta, que había entrado en el mundo de la dirección de manera autodidacta, después de una primera experiencia como actor en películas de Fernando Ayala, Daniel Tinayre entre otros.. Favio participó en más de veinte películas como interprete, pero nunca se considero más que » Un actor de vuelo rasante».
Después de la proyección de El Amigo (1960) Leonardo Favio presento a la audiencia el siguiente discurso:
El amigo (1960), según Favio
«El corto nació como una hipoteca que yo tenía con quien era mi compañera de entonces (María Va-ner). Todas las mañanas le decía que me iba á estudiar cine con Torre Nilsson, cuando en realidad me quedaba en el bar de la esquina, tomaba un café con leche y me ponía a leer el diario. Le decía eso para que no se me piantara, porque tenía miedo de que se fuera con un intelectual o algún tipo de cine.
Iba al bar y a las dos horas volvía. Había arreglado con Babsy (Torre Nilsson) que si ella le preguntaba, él diría que yo estudiaba con él. Pero llegó el momento en que no podía seguir mintiéndole, porque me pre-guntaba: «» ¿Cuándo empezás a filmar?»»
Así que, como pude, en forma apresurada, rapidito, filmé El amigo. La fortuna hizo que a partir de él me agarrara el amor por esta profesión. Una vez que te pasa eso perdiste, porque quedás pegado al cine para toda la vida.
Fue muy difícil, porque en esos tiempos no existían las posibilidades que ahora brinda el video, que es un tesoro que tienen las nuevas generaciones. Nosotros no contábamos con esa suerte. Las opciones eran filmar en 16 o 35 milímetros. Entonces cargábamos con montones de equipos y cosas pesadísimas, y se hacia muy difícil.
Entre gallos y medianoches me vi filmando este corto, donde colaboraron, entre otros, mi amigo Oscar Orlegui como protagonista, que era un niño, mi hermano menor Horacio, y muchos amigos de la juven-tud. Eso es algo muy lindo que tiene este corto, porque rue timado en el parque de diversiones donde todos eran amigos míos desde mucho tiempo antes. Yo crecí ahí, en el Parque Japonés, que estaba donde ahora se encuentra el Hotel Sheraton. Era un lugar inmenso, no sé cuántas manzanas abarcaba; era un sitio mágico.
El corto lo hice con un par de latas de material fílmico que me presto Torre Nilsson. En realidad, me las presto de manera forzada, porque me levanté una mañana muy temprano, fui a los laboratorios Agía y dije que me mandaba él a buscar dos latas de material de 16 mm. Me las dieron y me tul.
Una semana después me encontré con Babsy en los estudios Alex y me dijo: *Me parece bien que filmes tu corto, pero la próxima vez que necesites algo, pedi-melo directamente.
En 2006, antes de la proyección de El amigo