Pinocho de Guillermo del Toro: Reseña de la película de Netflix

  • El Pinocho de Guillermo del Toro es una de las mejores, quizás la mejor, de las adaptaciones cinematográficas del clásico de Carlo Collodi. Entre emoción, stop-motion y apólogo antifascista.

Se llama Pinocho de Guillermo del Toro y no piensen en un hábito narcisista. No es casualidad que uno de los más grandes autores del cine contemporáneo sienta la necesidad de hacernos saber que esta es SU interpretación, muy personal y al mismo tiempo acogedora, de un clásico atemporal de la literatura infantil. El motivo de tan curiosa elección es que la adaptación stop-motion , sin afectar el alma fantástica y cierta impresión tétrica del texto original, devuelve una visión perfectamente en sintonía con el gusto de su autor sin traicionar la necesidad de emoción y aventura del autor. público. 

El Pinocho de Guillermo del Toro es un ejercicio de libertad a varios niveles, que parte de la relación con el original. En un mundo de compulsivas réplicas seriales, la película no es la única adaptación de la novela de Collodi estrenada en 2022, no hay que olvidar la propuesta live action de Robert Zemeckis que, sin embargo, tuvo una acogida mixta. La versión de Del toro intenta mantener fresco el clásico reorganizando sus estructuras. Una forma de hacer esto es, por ejemplo, familiarizandose con la audiencia de personajes (si me perdonan la expresión aterradora), aquí reorganizando un personaje lo suficiente, allí cambiando, cambiando decisivamente. El elenco de voces original es impresionante. Ewan McGregorDavid BradleyChristoph Waltz , Tilda Swinton , John Turturro , Cate Blanchett , Tim Blake Nelson , Finn Wolfhard . La voz de Pinocho es de Gregory Mann.

Pinocho de Guillermo del Toro es una película narrativamente sólida, creíble desde el punto de vista político y sentimental pero en el sentido más completo y tolerable, de una modernidad fresca y descuidada. Tiene éxito donde fallan la mayoría de las películas contemporáneas, es decir, en incrustar muchos y nada comunes temas en la arquitectura de la historia, porque su naturaleza estratificada está perfectamente en sintonía con el sentido del cine del autor. Guillermo del Toro siempre ha disfrutado de entrelazar cine de género y reflexión, historia y sentimiento, en el fondo de una paleta de terror pero impregnada de sugerencias fantásticas o quizás sea al revés, tú decides.

La película es ante todo la historia de un padre y un hijo, de las distancias que los separan y del largo camino necesario para encontrarse y aprender a amarse, a amarse por lo que son. El camino de los personajes está marcado por una concepción honesta de la vida, sin embargo un trago amargo de tragar. Algo más que la exploración de la fugacidad y precariedad de la existencia. Está un padre que pierde a un hijo, está el dolor de una separación que no tiene remedio. El aliento de la película es dolor, pero sin retraimiento y sin morbo. El dolor es de hecho el eje sobre el que descansan muchas cosas en el Pinocho de Guillermo del Toro.. No hay nada vivo que no pase por el dolor, nada. Amor, arte, belleza. El desafío, sugiere la película, es encontrar formas de poner este sufrimiento a trabajar para generar algo vital. El camino está trazado.

Y el fascismo y su representación, que envuelve las vicisitudes de los protagonistas y a veces parece sólo situado en la historia, es en otra parte el centro de la historia, no es sólo funcional para tejer el elogio de la transgresión frente al embotamiento y la grisura. El punto, Guillermo del Toro lo sabe captar mejor que muchos autodenominados analistas e intérpretes de nuestra casa, es que el fascismo es escuela de guerra, de enemistad y de muerte. El fascismo es el refugio de los títeres, los de verdad. Y este es el marco político, que es mucho pero no todo. Está la elegancia mesurada de los números musicales, la precisión artesanal y la fluidez de un fino stop-motion; Guillermo del Torotuvo que esperar mucho tiempo antes de fijar su versión de la historia y el personaje, pero el objetivo dio sus frutos a los esfuerzos del viaje. Pinocho de Guillermo del Toro es, si no la mejor, una de las adaptaciones más exitosas.

Pinocho – Guillermo del Toro

La razón de su contundente éxito es el virtuosismo de una mirada autoral que sabe dar cuenta a las divinidades supremas en asuntos como éste, la fidelidad y la traición. Partes iguales de dolor e impulso optimista, risas y horror espeluznante, la película cambia mucho de la historia original, mucho. Nombres, personajes, antecedentes históricos. Aún así, la impresión es de recibir con una sonrisa a un amigo al que no se ve desde hace tiempo, o más bien dos. La huella (imposible de malinterpretar) de una historia fuera de tiempo, la mano de un gran director.